martes, 13 de abril de 2021

                           TRAVESÍA LITERARIA Y VIVENCIAL ÁRABE E ISLÁMICA


                                                                   Leonor MERINO

                                                       Dra. Universidad Autónoma de Madrid

                                                                 Escritora-Poeta. Traductora

                                                       Dir.ª Colección Poética Wallāda-Diwan

 

El islam, derivado del verbo árabe aslama (أسلم), significa abandono de sí mismo a Dios, sumisión y obediencia al Creador. Por tanto, es la religión de la moderación: la condición humana equilibrada en función del absoluto, en el alma como en la sociedad.

Así, rechazando toda coacción, hace un esfuerzo de síntesis, deseada y constante, entre la naturaleza y esa necesidad de absoluto que tiene el ser humano.

El Corán es el dogma de la fe religiosa, pero es, también, una constitución civil y todo ello en el espíritu de un personaje formidable, cuya existencia histórica nunca será cuestionada: el Profeta Mohammed.

Porque si el mundo árabe no se constituye como un todo sólido con respecto a la unidad material -a causa tal vez de hegemonía exterior imperialista-, sin embargo, lo constituye en lo espiritual y cultural.

Es mi deseo hacer hincapié en lo siguiente: la dificultad de razonar sobre el mundo árabe se debe a muchos particularismos; un mundo que es grande en su extensión y que no es homogéneo. Una civilización en la que hay diferencias entre las áreas rurales y las urbanas.

Los países árabes son veintidós y las distancias tan enormes entre ellos –más de trece millones de Km²–, hacen muy difícil hablar de UNA mujer árabe, en su variedad humana e histórica -que subyace en esa denominación a pie de calle entre nosotros occidentales- y que, por otra parte, no hay que olvidar que participa de la fuerza unificadora de la civilización árabe-musulmana.

Igualmente, es necesario saber diferenciar entre el significado de árabe y musulmán[i].

Ha de tenerse en cuenta que el paisaje islámico del mundo es plural, rico por su diversidad, variada legislación y constituido por un largo abanico de corrientes e ideas.

Los musulmanes viven con identidades compuestas: interpretaciones del islam, con sus distintas variaciones, históricas, culturales y étnicas; empero la Umma: la comunidad islámica internacional es “una”, en la que existe un fortísimo sentimiento de pertenencia.

Luego, hay que preguntarse: ¿una mujer saudí es igual a una mujer marroquí?

Hay tanta diversidad de mujeres magrebíes o españolas como francesas o de cualquier otra nacionalidad. En primer lugar, la persona se define por su entorno, su situación socio-económica-política y su bagaje cultural.

Así, debo señalar que existe gran eclosión de mujeres árabes y musulmanas que construyen su propio futuro, que se baten si intentan reducirlas al silencio y que, con su esfuerzo, su coraje, su estudio y su trabajo se abren paso con inconmensurable sed de vida, salvaguardando los valores de la propia especificidad.

Lector, lectora: la evolución de la mujer magrebí, no tiene razón alguna para seguir el modelo de la mujer occidental, puesto que el islam, ya no como fe, que es personal, sino como cultura es un componente fundamental de la identidad magrebí.

La era de las mujeres recluidas, por tanto, ha terminado y no habrá marcha atrás, pese a quienes se opongan a ello: grupos políticos y/o algunas ideologías conservadoras que se resisten a aceptarlo y quienes preservan esa era, como referencia o la proyectan como un ideal del destino femenino: “son conmovedores y patéticos, puesto que confunden historia y fantasmas”, declaró Fátima Mernissi, gran socióloga marroquí y “Premio Príncipe de Asturias 2003, junto a Susan Sontag[ii].


Mucho antes, se manifestó la pionera escritora argelina Fadéla M’ M'rabet -pseudónimo de Fatma Abda-: ya no se habla de “los derechos de los varones”, porque no necesitan ni justificación ni defensa:la libertad de la mujer como la independencia: ¡se arranca!”

Por tanto, hablar en un contexto general de cómo la mujer magrebí, árabe-musulmana, vive la religión sería pretencioso y dispar. Porque, ¿cómo vive la española su religión?

Cada cual la “sentirá” acorde con su educación, con sus costumbres arraigadas en ritos desde la infancia y, sobre todo, acorde con su idiosincrasia: ¿la vive igual una mujer catalana que una andaluza, por detallar un ejemplo de meridiana claridad?

Vuelvo a destacar sobre cómo cada persona verá esas sociedades: según su propio equipaje cultural adquirido, las lecturas que haya tenido sobre ellas y el análisis ponderado, razonado, que haya realizado posteriormente, documentándose con trabajos que avalen el conocimiento de esas sociedades.

Como escritora-poeta e investigadora universitaria, remito al lector a mi conocida y extensa obra, “La Mujer y el lenguaje de su Cuerpo. Voces literarias del Magreb[i], donde estudio sesenta y un escritores magrebíes -en la “Primera Parte”- y ciento ochenta y seis escritoras magrebíes de lengua francesa y de lengua árabe, en la “Segunda Parte”.

En la citada obra, señalo que existe, en las obras literarias, un maremoto “iconoclasta” -así me permito llamarlo-, puesto que, como en todo pensamiento humano y universal, existe el agnosticismo y el laicismo. Sin embargo, hay, también, numerosos textos literarios que transmiten elementos religiosos y fórmulas de saludo intercambiadas por los personajes.

Como si la lengua francesa empleada pareciera servir de puente entre lo profano y lo sagrado, en un retorno a un islam original, primitivo, sirviendo a una escritura mística, denominando yo así a ese peregrinaje religioso o espiritual.

Un “personalismo musulmán”[ii], que se convierte en una filosofía humanista, encontrando el contacto con el prójimo, reivindicando la dignidad de la persona en el terreno ontológico, epistemológico, moral y social, frente a las negaciones que los sistemas materialistas hacen de aquella.

Precisar lo que une y distingue al ser de la persona, comprendida como poder de síntesis entre el yo, que pasa del ser a la consciencia y a la organización social que protege al yo y, al mismo tiempo, es protegida por él; así como la necesidad de una garantía con el fin de que esta relación interpersonal adquiera consistencia. Para el musulmán, esa garantía es la presencia divina en el acto de la afirmación que el creyente hace de esta, es decir, en el acto del testimonio de la profesión de fe.

Existen escritores-as que alimentan su escritura a partir del peregrinaje de algunos sufíes, al mismo tiempo que van tras las huellas de un pasado islámico glorioso, representado como generador de Historia y de Poesía: la reflexión sobre las nuevas relaciones entre las nociones de persona y de individuo que el islam introdujo en sus inicios.

Actualmente, Malika al-Assami, primera mujer en el Parlamento Marroquí, posee una visión rebelde del mundo que la rodea y alude a una invitación a la lucha por una vida decente.

Su poesía es rico abanico lingüístico de imágenes, con distintos elementos estilísticos, inspirados, a veces, en el campo semántico religioso y en la cultura popular.

Las fiestas religiosas, por ejemplo, se festejan en un ambiente de alegría, paz y dadivosidad. Puedo brindar testimonio de ellas, al haber sido siempre generosamente invitada:

Aíd el-Kebir (عيد الكبير): Fiesta Grande, en la que se rememora el sacrificio de Abraham -padre de todos los creyentes, musulmanes, judíos y cristianos-, dispuesto a inmolar a su hijo para salvar su alma. Día en el que se sacrifica un cordero y se asa entero con brasas (mechuí), y se comparte con los pobres.

Y también, Aíd es-Seguir: Fiesta Pequeña, que señala el fin del mes de Ramadán con la aparición de la luna nueva. Las mujeres preparan para esta ocasión dulces y los niños estrenan ropa y calzado.

Sin embargo, y en general, las musulmanas lamentan que se haga del uso del pañuelo - الحجاب - el símbolo de su religión, puesto que reducir el islam a ese debate es “una especie de desviación y caer en el fetichismo” o convertirlo en el sexto pilar del islam. Veamos:

Arqan al-islam - أركان الإسلام -, los pilares del islam son: la profesión de fe - الشهادة -; la oración - الصلاه -: cinco veces al día; el ayuno - الصيام -: durante el mes de Ramadán; la limosna - الصدقات - y la peregrinación a la Meca, hach - الحج.

Como vemos, mujer e islam son temas apasionantes y apasionados que pueden conducir a todos los fantasmas orientalistas, prejuicios y mitos.

Por eso, el silencio de la mujer, justificado por una interpretación “falaz” de la escritura coránica -siempre según los numerosos textos literarios que yo he analizado-, como en el escritor marroquí Tahar Ben Jelloun: “Se dice que está escrito en el Libro. No. Hacen decir lo que quieren al Libro”[iii], será una realidad dolorosamente sentida por numerosos escritores árabes magrebíes.

Tal vez, en ese espíritu de la fe -que es confianza- hay que beber, con el fin de evitar la intolerancia y rechazar todos los anatemas en un diálogo donde cada hombre debe profundizar el contacto fraternal con el otro.

Pues el ser humano se conoce a medida que hace al Otro un lugar en su identidad.

El “yo” situado en el universo, solidario con “otros”, es aprehendido como nosotros.

El Corán señala: para transformar el mundo, es necesario, previamente, transformarse uno mismo (VIII, 53/30; XIII, 11).

 


 

                                               


[i] CantaArabia, Madrid, 2015, pp. 480. Bibliografía extensa con traducciones. Notas de pie de página: 1. 350.

[ii] Le Personnalisme Musulman, París, P.U.F., 1964, p. 20.

[iii] Moha le fou, Moha le sage, París, Le Seuil, p. 48.


[i] Indonesia, la India, Paquistán: donde hay mayor número de musulmanes no son países árabes.

Se puede ser musulmán sin ser árabe: muchos de los habitantes de países como Irán o Pakistán.

Se puede ser árabe y no musulmán: los coptos -rama del cristianismo- en Egipto.

Y se puede vivir en un país árabe o musulmán sin ser árabe, ni musulmán.

En el caso del Líbano, hay la mitad de musulmanes y cristianos.

[ii] Brindo algunos de mis trabajos sobre la gran socióloga:

- "Fátima Mernissi, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003", Diario de León, Suplemento Cultural, "Filandón", domingo 29 de junio, 2003, pp. 3-5.

- "Fátima Mernissi: Voz humanista en el Islam”, EL PAÍS, “Cultura”, Madrid, 2 diciembre, 2015.

- "Fátima Mernissi, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003: "El hombre progresista debe reivindicar su feminidad, y más vale escribir que hacerse un lifting". "Homenaje a Pedro Martínez Montávez", Crónicas Azahar, Revista de actualidad cultural del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos (Madrid), Volumen XXXV, 2003, pp. 173-179.

- « Fatima Mernissi: un brocart de fils son œuvre autobiographie, art, histoire, critique sociale », Congreso Internacional, XIII EIDE MARRUECOS Octubre-2018 en honor a Fatema Mernissi.